miércoles, 13 de noviembre de 2013

(¨*•➷♥.¸La Ultima Cena de Leonardo Da Vinci¸.♥➷•*¨)

(¨*•➷♥.¸La Ultima Cena de Leonardo Da Vinci¸.♥➷•*¨)


Leonardo da Vinci ha sido uno de los hombres más extraordinarios que han existido. En torno a él se han inventado muchas leyendas. Ésta tal vez sólo sea una más de ellas.

Leonardo era muy detallista con sus cuadros, y muy exigente a la hora de encontrar modelos. El ya tenía en su mente una idea de lo que quería pintar y necesitaba encontrar alguien que estuviera a la altura de sus ideas preconcebidas. Por eso a veces se tardaba mucho en terminar una obra...

Cuenta una leyenda que uno de los cuadros que más se tardó en pintar fue el de la Ultima Cena. El ya tenía una imagen de cada uno de los personajes, así que se dio a la tarea de encontrar modelos adecuados.

Leonardo Da Vinci le llevó siete años completar su famosa obra titulada "La Última Cena". Las figuras que representan a los 12 apóstoles y a Jesús fueron tomadas de personas reales. La persona que sería el modelo para ser Cristo fue la primera en ser seleccionada. Cuando se supo que Da Vinci pintaría esta obra, cientos de jóvenes se presentaron ante Leonardo Da Vinci para ser seleccionados. Da Vinci buscaba un rostro que mostrara una personalidad inocente, pacífica y a la vez bella. Buscaba un rostro libre de las cicatrices y los rasgos duros que deja la vida intranquila del pecado. Finalmente, después de algunos meses de búsqueda seleccionó a un joven de 19 años de edad como su modelo para pintar la figura de Jesús. Por 6 meses Leonardo da Vinci trabajó para lograr pintar al personaje principal de esta magnánima obra. 

Durante los 6 siguientes años, Da Vinci continuó su obra buscando a las personas que representarían a 11 apóstoles; dejando para el final a aquel que representaría a Judas, el apóstol que traicionó a Cristo por 30 monedas de plata. Por semanas estuvo Da Vinci buscando a un hombre con una expresión dura y fría. Un rostro marcado por cicatrices de avaricia, decepción, traición, hipocresía y crimen. Un rostro que identificaría a una persona que sin duda alguna traicionaría a su mejor amigo. Después de muchos fallidos intentos en la búsqueda de este modelo llegó a los oídos de Leonardo Da Vinci algún conocido, enterado de la larga y estéril búsqueda de Leonardo, le fue a contar alborozado que existía un hombre con estas características: "¡Leonardo, creo que encontré lo que buscas!" Y le refirió la historia de un hombre vil al cual habían condenado a muerte en el calabozo de Roma. 

Este hombre estaba sentenciado a muerte por haber llevado una vida de robo y asesinatos. Da Vinci viajó a Roma en cuanto supo esto. Este hombre fue llevado ante Da Vinci a la luz del sol. Leonardo vio ante él a un hombre sin vida, un hombre cuyo maltratado cabello largo caía sobre su rostro escondiendo dos ojos llenos de rencor, odio y ruina. Al fin Leonardo Da Vinci había encontrado a quien modelaría a Judas en su obra. Por medio de un permiso del rey, este prisionero fue trasladado a Milán al estudio de Leonardo Da Vinci. 

El pintor se presentó al hombre este. 

- "¿Sabes quién soy?" 

- "¿Quién no lo sabe? Tú eres el maestro Leonardo." 

- "Bueno pues tengo una propuesta que hacerte. Te necesito para que seas modelo de una de mis pinturas. Mientras te ocupe no te ejecutarán. Y cuando termine puedo darle una cantidad de dinero a alguna persona en tu nombre. No se si te interese."

- "¿Y qué cuadro estás pintando?"

- "El de la Ultima Cena"

- "¿Y qué personaje seré yo?"

En este momento Leonardo soltó una carcajada: 

"¿Pues quién más? ¡Judas Iscariote!"

El hombre aquel, guardó silencio y bajó la mirada.

Por varios meses este hombre se sentó silenciosamente frente a Da Vinci mientras el artista continuaba con la ardua tarea de plasmar en su obra al personaje que había traicionado a Jesús. Cuando Leonardo dio el último trazo a su obra se volvió a los guardias del prisionero y les dio la orden de que se lo llevaran. Mientras salían del recinto de Da Vinci el prisionero se soltó y corrió hacia Leonardo Da Vinci gritándole: 

-"¡Da Vinci!! ¡Obsérvame!! ¿No reconoces quién soy?"

Leonardo Da Vinci lo estudió cuidadosamente y le respondió: 

-"Nunca te había visto en mi vida, hasta aquella tarde fuera del calabozo de Roma." 

El prisionero levantó sus ojos al cielo, cayó de rodillas al suelo y gritó desesperadamente: 

-"¡Oh Dios, tan bajo he caído!" Después volvió nuevamente su rostro al artista y le gritó: 

-"Leonardo Da Vinci!! Mírame nuevamente, pues, ¡¡¡Yo soy aquel joven cuyo rostro escogiste para representar a Cristo hace siete años!!!" 

...¿Tanto podrá cambiar el rostro de un hombre por el tipo de vida que lleva?...

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