viernes, 22 de noviembre de 2013

´*•.¸♥«´¨•El Cofre de Pandora•´¨»♥¸.•*´

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♥«´¨•El Cofre de Pandora•´¨»♥ 


Indignado Zeus porque Prometeo había entregado el secreto de cómo hacer el fuego a los hombres, el principal dios del Olimpo, decidió vengarse.

A pesar de haberse vengado de Prometeo de una manera muy cruel, Zeus aún le guardaba odio. También estaba preocupado porque si los seres humanos se hacían más poderosos, podían quitarle su trono en el Olimpo, por lo que ideó un plan: en parte para vengarse aún más de Prometeo y en parte para resguardar su posición.

Por voluntad de Zeus encargo a Hefesto que modelase con arcilla y agua una figura de mujer a imagen de las diosas. Hecha la estatuilla, la Diosa Atenea le infundió el soplo de la vida y la instruyó en las artes femeninas de la costura y la cocina; Afrodita le dio su belleza y le mostró como conseguir que todos los hombres la desearan. Así viendo la maravillosa estatuilla. Las Gracias la enjoyaron la vistieron de plata y Las Horas le ciñeron la cabeza con una guirnalda de flores. Y por ultimo Hermes el dios alado, le enseñó la astucia y el engaño, le confirió la maldad y la falta de inteligencia. 

Fue entonces cuando Zeus le insufló la vida a su figura de arcilla, le brindó el nombre: Pandora 

-Toma este cofrecito-le dijo, entregándole una cajita de cobre bruñido-. Es tuyo, llévalo siempre contigo, pero no lo abras por nada del mundo. No me preguntes la razón y sé feliz, pues los dioses te han dado todo lo que las mujeres desean.

Pandora, sonrió. Pensaba que el cofrecito estaba lleno de piedras preciosas. 

-Ahora tenemos que encontrarte un marido que te ame, y yo conozco al hombre adecuado. Epimeteo. El te hará feliz.

Se la envío como regalo a Epimeteo, hermano de Prometeo. Prometeo le había dicho a su hermano que no recibiera ningún regalo de Zeus, pero Epimeteo deslumbrado por la belleza de Pandora no le hizo caso y la desposó.

Epimeteo era hermano de Prometeo, pero le faltaba toda la prudencia de su hermano. Prometeo le había advertido a su hermano que no aceptara ningún regalo de Zeus, pero él, un poco halagado y quizás temeroso de rechazarle, aceptó a Pandora como esposa. Hermes acompañó a la muchacha a la casa del flamante marido en el mundo de los hombres.

-Bueno, amigo Epimeteo-le dijo-. No olvides que Pandora tiene un estuche que no debe abrir por ningún concepto. 

Epimeteo tomó el estuche y lo colocó en sitio seguro. Al principio, Pandora fue feliz viviendo con él y olvidó el estuche, pero más tarde empezó a reconcomerla el gusanillo de la curiosidad. "¿Por qué no podemos ver al menos que contiene"? se preguntaba.

Luego, mientras Epimeteo dormida, abrió el cofrecito, y rápidos como el viento, salieron todos los males que desde entonces nos afligen: el cansancio, la pobreza, la vejez, la enfermedad, los celos, el vicio, las pasiones, la suspicacia... Desesperada, Pandora intentó cerrar el cofrecito, pero ya era demasiado tarde. La venganza de Zeus se había realizado: la raza humana no podía ser tan noble como había querido Prometeo. La vida sería una lucha constante contra dificultades de todo género. Había pocas probabilidades de que el hombre pudiera aspirar al trono de Zeus. 

Pero el triunfo del rey sobre los dioses no era completo. Una cosita de nada había quedado en el fondo del estuche y Pandora consiguió encerrarla. Era la esperanza. Con ella el género humano había encontrado la manera de sobrevivir en este mundo hostil. La esperanza daba una razón para seguir viviendo.

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